Dicen que la inspiración es un hada caprichosa que aparece
cuando uno menos lo espera y en el sitio menos esperado (vamos, técnicamente
como el amor) Yo hoy quiero hablaros de cómo me llega a mí la inspiración para
mis libros.
Cuando vine a vivir a Madrid una de las cosas que más me
llamo la atención fue la gente que viaja en el metro (yo provengo de una ciudad
pequeña donde ese medio de transporte es inimaginable) En el descubrí que las
personas se comportan tal y como son, sobre todo de camino al trabajo y de
vuelta a casa. Me gustaba fijarme en esas personas e imaginar que hacían una
vez que abandonaban el vagón. Inventar sus vidas, sus sentimientos, sus
problemas, etc…
De aquellos pequeños encuentros, con desconocidos, salieron
historias que se transformaron en novelas.
Otra forma de encontrar mis musas es escuchar música.
Siempre que oigo una canción, analizo lo que quiere contar e invento un final
alternativo. Una cosa lleva a la otra hasta que cuando quiero darme cuenta he
creado algo completamente paralelo a lo que explica la canción.
Por último, os diré, que también me inspiran mucho los
sitios abandonados. Casas que en otro tiempo albergaron vidas, fábricas donde
las personas trabajaron hasta que llego el cierre, iglesias donde un día
alguien se arrodillo rezando para pedir por algo que pensaba imposible; Y un
sinfín de lugares como los que hay en cualquiera de nuestras ciudades.
Cada uno de vosotros tendréis vuestro propio método de inspiración,
ya sabéis que yo estoy encantado de poder leerlos todos, así que os animo a que
me los contéis y disfrutemos juntos de ello.