miércoles, 21 de mayo de 2014

La casa de la Gobernaora




Como os anuncié hace unos días, he estado leyendo “La casa de la Gobernaora” y prometí que os pondría la reseña. He tardado algo más puesto que he tenido unos pequeños problemillas de salud y el fin de semana estuve más vago de lo habitual.
En primer lugar os diré que esta es una entrada muy especial para mí, puesto que el libro al que hago mención, es de un autor novel y eso para mí siempre es motivo de doble atención. Normalmente analizo libros de escritores ya conocidos o libros que están en boca de todos y en los primeros puestos de las listas de venta (no por nada en especial, simplemente son los que más se ven y los que yo al igual que todo el mundo acabamos comprando) pero esta vez he podido tener la suerte de leer algo que quizás no hubiese leído de no estar en el grupo de escritores de Facebook.
Empezaré siendo directo. “La casa de la Gobernaora” de Carlos E. Martos Sánchez es posiblemente uno de los libros mejor escritos que he leído este año. Desde que lo comencé me di cuenta de que su prosa me envolvía, que era muy fácil de leer y que dibujaba en mi mente lugares que no he conocido pero tengo la sensación de haber visitado. Uno sabe cuándo un libro está bien escrito, ya que son aquellos en los cuales no tienes que volver frase sobre frase para poder entenderlos.
Con una historia apasionante, donde el amor, la intriga, el asesinato y un sinfín de cosas más que hacen que no puedas dejar de leer y preguntarte cual será el siguiente paso de sus protagonistas (Yo no voy a contar más, porque esta historia hay que leerla)
La documentación de este libro ha debido de ser laboriosa, se puede notar. Hay partes donde se habla de historia, bien detalladas y sin llegar al aburrimiento. Los personajes tienen su propia personalidad y se destacan los unos de los otros, haciendo que no parezcan meras copias a las que se les cambia de sexo o de nombre.
Una historia que está ubicada en dos países distintos y dos épocas diferentes, pero no por ello confuso ni lioso. He leído varios libros donde daba igual de que país fueran los personajes, o en que época se encontraban, todas aquella personalidades eran exactamente iguales, del mismo modo que sus diálogos (Seamos sinceros, no habla del mismo modo una persona de Londres que una de Nueva York, aunque solo sea las expresiones siempre algo cambia)
Sus historia de amor (sí, he dicho historias, en plural) son sinceras, acordes con la época en que se desarrollan. Es difícil creer que en 1860 una mujer se lanzara a los brazos de un hombre o dos amantes se besaran acaloradamente debajo de una farola en la calle. Martos no comete esos errores.
Los personajes son la parte fundamental de esta obra. Cada uno con su personalidad marcada, con sus defectos y virtudes. Son personas que ríen, lloran, sufren y aman. Los héroes son héroes de verdad, hombre y mujeres normales que tiene miedos. Carlos Martos ha sabido darle al libro ese tipo de acción en el cual no hacen falta grandes explosiones, tiroteos en todos lados o personajes que se creen inmortales haciendo que nosotros  no los creamos a ellos.
Uno de los muchos alicientes de la novela, es sin duda poder contar con la página web de la misma WWW.LACASADELAGOBERNAORA.COM es muy interesante estar leyendo y poder consultar en ella detalles como las fotos del Cádiz de 1861 o las biografías de los personajes. Un acierto sin lugar a dudas, que hubiese agradecido enormemente en otros muchos libros.
Para los que os estéis preguntando como podéis adquirir este libro, que ya seréis bastantes, os diré que en su página web, tenéis sus puntos de venta e incluso se puede comprar por Amazon.
Poder disfrutar de este libro ha sido sin duda una experiencia muy gratificante para mí y comprobar que hay escritores de esta calidad es todo un alivio (seguro que hay muchísimos más de los que yo conozco, no digo que no, pero tenemos que reconocer que en algunas ocasiones cuesta encontrarlos)
Sé que pronto podremos disfrutar de la segunda novela de este autor y yo, sin lugar a dudas, seré una de las personas que este deseando poder tenerla en sus manos.

Carlos E. Martos Sánchez y su obra “La casa de la Gobernaora” son un referente de la literatura en este país y un gran escritor a tener en cuenta para el futuro.

martes, 13 de mayo de 2014

Pasar a la historia

En mi siguiente entrada os quería hablar un poco de lo difícil que puede llegar a ser escribir cuando no recibes una compensación económica por ello.
Escribir es barato, eso fijo, puesto que solo se necesita un poco de papel, un bolígrafo y muchas ganas. El problema viene cuando una persona quiere dedicarse a ello el resto de su vida.
Yo, al igual que la mayoría de vosotros, he tenido que trabajar durante jornadas de ocho horas (en ocasiones incluso más) y cuando he vuelto a casa me he puesto a escribir como un loco. Para nosotros eso es lo que nos gusta y nos relaja ¿Pero qué pasa con las personas que están a nuestro lado? Esas parejas incondicionales, los hijos, los amigos; todos ellos abandonados por el simple hecho de escribir. Claro, es evidente que cuando no puede vivir de lo que escribes, tienes que aprovechar tu tiempo para hacer lo que más nos gusta. Yo desde pequeño decía que no quería ser un escritor rico, solamente poder vivir de ello y trabajar en lo que más me gustaba (ahora pienso que eso de ser rico no tiene que estar nada mal) Por eso admiro a todas esas personas que veo en las redes sociales promocionando su libro y luchando por poder vivir de eso que adoran. Yo me compraría todos eso libros que veo que intentan vender esos escritores (desgraciadamente mi presupuesto no me lo permite, ya bastante gasto en libros al cabo del año) Porque creo que entre nosotros está el poder apoyarnos, puesto que nadie sabe lo que hay que sufrir para poder escribir un libro cuando hasta estado todo el día trabajando y lo que te apetece es llegar a casa a descansar.
Lo cual todo esto nos lleva a un nuevo tema “la soledad del escritor” No hay muchos amigos que soporten que siempre los rechacemos por quedarnos en casa escribiendo, ni parejas que no ansíen un poco de atención por nuestra parte. El único consuelo que les queda a estos allegados es pensar que estamos haciendo algo que nos gusta y que necesitamos tanto como respirar. A todos ellos les dedico también esta entrada, aunque creo que merecen mucho más.
Quiero agradeceros a todos lo que renunciáis a muchas cosas por escribir, pues considero que sois los verdaderos creadores de la literatura y que vuestro sacrificio hace felices a cientos de personas que leen vuestros escritos. Deciros que todos aquellos que habéis publicado un libro, ya sea auto publicación, coedición  o por editorial; estáis consiguiendo que la literatura no muera y estáis contribuyendo a la cultura de este país. Ojala todos vuestros sacrificios sean recompensados en un futuro.
Al escribir un libro habéis pasado a la historia.

La Historiadora y El juego de Ripper

Normalmente nunca suelo escribir sobre libros que no me gustan, puesto que si un libro comienza aburriéndome o a mitad de este veo que no puedo seguir leyendo una sola hoja más, los dejo por imposible y a otra cosa. Ya os he dicho en otras ocasiones que me considero un devorador de libros, que a pesar de tener géneros preferidos (como todo el mundo) suelo intentar variar entre estos para no centrarme solamente en un tipo de literatura. No han sido tantos esos libros que he dejado a medias de terminar, en realidad fueron más bien pocos. El ejemplo más claro de lo que os estoy contando es para mí, sin duda, el del libro “La historiadora” de Elisabeth Kostova. Aquel libro, que casi obligué a que me lo regalaran para mi cumpleaños, fue sin lugar a dudas una de las grandes decepciones de mi vida.
Empezare diciendo que tenía unas ganara tremendas de tenerlo, después de ser un fan incondicional de “Drácula” de Bram Stoker, como no iba a leerme aquel libro. Pues así lo hice, empecé con él y a las doscientas páginas de sus setecientas, ya no pude más. La historia no era mala, claro que no, pero solamente leer durante cien páginas la definición de un pueblo perdido en las montañas, es demasiado para mí. ¿Os ha ocurrido alguna vez que cuando llevas una diez páginas leídas de un libro de repente os dais cuenta de que no os habéis enterado de nada porque vuestra mente había desconectado al principio del primer párrafo? Pues eso es exactamente lo que me ocurrió a mí con este libro. Tengo que deciros que como no soy persona de dejar las cosas a medias (al menos hablando de libros) decidí darle una segunda oportunidad, pensando que tal vez me había pillado en un mal momento de mi vida y que era posible que encontrara el gusto a aquella narración que tantos éxitos (al menos en ventas) había cosechado. En esa ocasión no debí de pasar de las cien páginas. Os cuentos esta historia, aparte de que porque quiero que si alguno habéis leído completo este libro me digáis que os pareció, para explicaros que prácticamente me ha pasado lo mismo con el libro “El juego de Ripper” de Isabel Allende.
Antes de nada quiero aclarar que admiro mucho a esta escritora y que considero que “La casa de los Espíritus” es un libro digno de leer. Pero con este último libro creo que no ha acertado. Digamos que una novela de misterio como supuestamente pretende desarrollar, para mi gusto, no debe enrollarse tanto en los personajes y en sus vidas paralelas. Es cierto que un personaje tiene que ser desarrollado a la perfección, pero si te vas por las ramas, acabas haciendo que sea aburrido y que se pierda el hilo argumental de la novela.
No hay misterio, ni hay emoción. Al menos bajo mi punto de vista y contar historias de los personajes que no tienen paralelismo con la historia solo vale para engordar con páginas un libro que bien se podía haber quedado en un relato corto.
Vuelvo a repetir que Allende me parece una excelente escritora y que para nada opino los mismo de los demás libros suyos que me he leído, aun así, sé que “El juego de Ripper” es un libro que jamás recomendare a nadie y que lógicamente no volveré a leer.


Hoy he empezado a leer “La casa de la Gobernadora” de Carlos E. Martos Sánchez y esa va a ser mi siguiente crítica literaria. De momento os puedo decir que llevo como veinte hojas leídas y me está gustando mucho y enganchando, pero ya os contaré todo cuando termine con ella.

viernes, 9 de mayo de 2014

Mi pasión por la lectura

Antes de empezar con la reseña de un nuevo libro, he decidido escribir un post sobre mí. Hoy quiero contaros como fueron mis comienzos como lector, porque aunque a día de hoy no lo parezca, yo era muy mal lector, odiaba leer.
Todo se remonta a cuando tenía siete u ocho años, por aquel entonces, no recuerdo muy bien quien, a mi hermana y a mí, nos regalaban libros del “barco de vapor” una colección que muchos recordareis de vuestra infancia y que hoy en día aún podemos encontrar.
Mi hermana siempre fue una gran lectora y estaba leyendo uno para chicos más mayores. Yo por el contrario estaba leyendo un libro que se llamaba “Medesol y las ratas” os contaría de que iba, pero realmente no lo sé, puesto que jamás llegue a terminarlo (decir "terminarlo" es un eufemismo, ya que jamás pasé de la primera página) Todas las noches hacia lo mismo, cogía el libro y leía el título del capítulo en voz alta, luego me dedicaba a molestar a mi hermana mientras ella intentaba concentrarse en la lectura. Lo siento Medesol, te debo una, algún día te terminaré.

Os preguntareis porque os cuento esto, pues la respuesta es muy fácil, quiero explicar que se puede ser mal lector de pequeño y después descubrí que quieres pasar el resto de tu vida dedicándote a leer y a escribir.
Mi despertar en el apasionante mundo de la lectura vino de la mano del que seguramente haya sido el primer libro para muchos “La historia interminable” Puede que fueran aquel mundo fantástico descrito por Ende el que consiguió despertar en mí el gusanillo que hasta el día de hoy no he conseguido acallar. Lo que si sé, es que a partir de aquel libro necesité leer más y más. Yo provengo de una ciudad pequeña, donde su casa de la cultura o biblioteca municipal era, en aquello momentos, poco más grande que le salón de una casa. Con el tiempo fue creciendo, pero no mucho. Yo pasé innumerables horas perdido entre aquellas estanterías. Buscaba libros que llamaran mi atención solamente por su portada o el título, y no miento cuando digo, que entre aquello libros descubrí muchos de las mejores obras que he leído en mi vida. Para que veáis donde empezó todo os dejo este par de fotos, de lo que durante mucho tiempo fue mi templo de inspiración.
 
Fachada de la biblioteca.
Sala de prestamos de adultos.



Puedo decir que hasta el día de hoy han sido tantos libros los que he podido leer que me sería imposible enumerarlos, lo primero porque la memoria me fallaría, lo segundo porque esta entrada se haría más que insoportable (hasta “La Biblia” y “Don Quijote de la Mancha” han pasado dos veces por mis manos y ojos). Solo quiero destacar tres libros que leí tras tomarlos prestados de aquella biblioteca. “El cliente” de John Grisham (aunque parezca increíble aquel libro acababa de salir y lo leí por casualidad ya que aún no era un libro conocido) “La casa de los diablos” de Lucia Baquedano. Lo escogí pensando que se trataba de un libro de terror y cuál fue mi sorpresa al comprobar que se trataba de un libro que me marcaria para el resto de mi vida (No os cuento más, creo que merece la pena leerlo) “Rebeldes” Susan E. Hinton. Que puedo decir de este libro que no se haya dicho ya… Nada. Simplemente fantástico y te hace ver el mundo de otro modo.
 Al igual que estos tres libros, muchos más fueron los que llenaron mis días y me robaron horas de sueño. Todos ellos especiales (tanto para bien como para mal) Y hoy quería rendir un homenaje desde estas letras a aquel pequeño rincón que yo cariñosamente llamaba “la biblio” y que por el módico precio de una foto, me regaló tanta cultura y tanto entretenimiento.


Ojala al leer esta entrada, todo y cada uno de vosotros, recordéis aquel lugar mágico donde descubristeis el amor por los libros. También sabéis que podéis contármelo a través de vuestros comentarios.

martes, 6 de mayo de 2014

Benjamín


Como os prometí (siento haberme demorado más días de los que me hubiese gustado) hoy os traigo mi valoración personal sobre “Benjamín” de Federico Axat.
Hace un par de días que terminé de leerlo, pero he estado liado con la nueva novela que estoy escribiendo y al final me retrasé. Os diré que no me ha decepcionado, tenía muchas esperanzas puestas en ese libro después de leer los otro dos del mismo autor y pensé que esas altas expectativas podían hacer caer a este (que fue su primer libro) un poco. Pero para nada ha sido así.
“Benjamín” es un libro lleno de misterios que consigue que desde el primer momento quedes atrapado entre sus páginas preguntándote que va a pasar a continuación. A mí me quedaron un par de dudas por resolver, creo que posiblemente yo no entendí bien del todo algunos detalles del libro. Como ya es habitual en los libros de este genial escritor, el final da un giro radical a la historia, lo que hace que aun te gusté más este tipo de literatura.
Si no habéis tenido ocasión de leer ninguno de las novelas de Axat, os recomiendo que lo hagáis, yo empezaría por esta misma, seguiría con “Aula 19” y terminaría con “El pantano de las mariposas”. Sinceramente pienso que es una gran inversión comprar estos libros y que nadie quedará defraudado.
Ahora estoy leyendo el libro de “Calima”, de Nicolás Moriarty, que compré por Amazon en formato Ebook. Así que posiblemente esa sea mi próxima entrada. Hasta ese momento espero que disfrutéis con esta última y comentéis vuestras propias ideas.